Estaba en mi pueblo y me avisan mis Asalta Cumbres de Zafarraya, para hacer una salidita a Sierra Nevada, el domingo 11, día de la final del mundial. Para no perdernos el partido hay que madrugar. Salimos hacia Graná a la 4:45 a.m para recoger a Salva .
Después del desembarco en la Hoya de la Mora, les enseño mi casco de escalada y los veo a los tres partidos de risa, tiraos por el suelo. Sería la falta de oxígeno o la pinta que yo llevaba, posiblemente esto último.
Sin más preámbulos, nos ponemos en marcha a las 7 a.m. Con un ritmo alegre, a las 8:10 estamos en las Posiciones del Veleta para hacer un rapel y bajar al Corral .
Para llegar a las Posiciones tuvimos que pisar nieve, muy dura a esas horas, y sin los pinchos bastante resbaladiza. Pero cuando vimos el Corral, la estampa era invernal. Llegar abajo sería fácil, pero una vez allí había que salir por pendientes de nieve muy pronunciadas, y yo con las zapatillas.
Hemos estado dos años sin poder bajar andando al Corral, por la cantidad de manto blanco que cerraba el paso. Es una ruta que nos gusta mucho para subir hacia los Machos y ver a los valientes el Tubo arriba; pronto caerá.
JJ y encima el tubo del Veleta.
Tramo medio-bajo del Guarnón.
Yo llevaba todo el invierno calentándole la cabeza a mi gente para buscar una ruta alternativa, mucho más abajo entrando a la altura del refugio de San Francisco hacia el Guarnón (rio que nace en el corral del Veleta). Pues bien, el objetivo de hoy era buscar la entrada pero al revés. Bajaríamos el Guarnón buscando una salida hacia el Barranco de San Juán (intermedio entre Guarnón y la Hoya de la Mora).
Disfrutamos del rapel, aunque era la segunda vez que lo hacíamos. Pero había mucha nieve y dura. JJ y yo nos adelantamos haciendo huella con mucho cuidado intentando evitar las pendientes más empinadas, buscando la laguna del Corral ( por supuesto invisible por la nieve).
Se pueden apreciar dos motas en mitad de la nieve.
Mientras comíamos, John y Salva les da por hacer el indio rapelando en la nieve, buscando una vía distinta a la nuestra.
Nos juntamos y vemos un estrecho canuto que puede ser la salida que estamos buscando. Me adelanto para inspeccionarlo mientras ellos terminan de comer. Una locura, un paso de cabras , donde tuve que escalar hacia arriba y hacia abajo. Me veía en medio de la piedra buscando una salida .
Antes de entrar en el canuto bajaba corriendo pero cuando llegaba a la nieve tenía que andar muy despacio haciendo huella porque la pendiente era acusada, y la caída no pintaba divertida. Sin esperarlo, me vi enterrado en nieve hasta el pecho. No me hice daño aunque me costó salir.
Las piedras acumulan calor y van derritiendo la nieve que hay a su alrededor. El hueco que se forma puede ser bastante grande. Otras veces, la ventisca puede cubrir una raja o un escalón invisible hasta que metes la pierna.
En ese momento recordé a un atleta que bajaba este año hacia Trevelez. Cuando hicimos en Semana Santa la ruta hacia el Mulhacén, desde Capileira. El compañero, maratoniano, entrenaba en altura. Descendía, corriendo, por una pendiente nevada con las zapatillas de trail. Empezó la discusión si era peligroso o no correr por la nieve virgen.
Recuerdo que en varias ocasiones me he colado una pierna o
incluso , como esta vez, hasta el pecho. Si hubiese ido corriendo creo que me habría partido las piernas.
Cabecera del Bco. Despeñaperros, detrás Bco. del Guarnón, a mi espalda Bco. San Juán.
Descendiendo, todo era verde y agua. Como me había tragado todo el camel, me dispongo a llenarlo con ese agua cristalina. Bueno, hasta que miras en la bolsa. Llega Salva y me ofrece una pastilla potabilizadora, pero aquello no tenía arreglo. Al final lo filtro con el pañuelo que llevaba de siroquera y paso de la pastilla por no esperar una hora, hasta que hiciera efecto.
Subiendo un bonito repecho, llegamos a la cabecera del barranco de Despeñaperros ( sí, es curioso como se repiten los nombres). Nos cruzamos con una expedición que llevaba un guía típico, típico granaino.
Llegamos a dar vista hacia el Barranco de San Juán y el antiguo observatorio. La nueva ruta está trazada, aunque hay que hacerla con nieve a ver si es factible.
Vemos una vereda que, prácticamente, sin perder altura debe llegar hasta los Peñones de San Fco. Me da una ventolera y me pongo a correr, media horilla hasta el coche.
Como tenemos prisa para ver el partido, pues nos quedan unas dos horas hasta casa, no queremos pararnos en Graná. Nos tomamos en la Hoya unas cervecicas y para abajo.
La segunda parte del día no os la cuento, porque seguro que todos estábamos viviendo lo mismo.
Es curioso, cómo el sentimiento de la roja puede provocar una eclosión emocional, a tal escala.
Después de la euforia del momento, todavía estoy intentando asimilar que somos campeones del mundo.
Saludos traileros.
Jes.
Después del desembarco en la Hoya de la Mora, les enseño mi casco de escalada y los veo a los tres partidos de risa, tiraos por el suelo. Sería la falta de oxígeno o la pinta que yo llevaba, posiblemente esto último.
Parece que les recordaba a un personaje de la Guerra de las Galaxias. Cuando la risa les dejaba un hueco, decían: “soy tu padre”. Ésta se convirtió en la frase de la jornada.
El bien (Salva) y el mal, con la roja.Sin más preámbulos, nos ponemos en marcha a las 7 a.m. Con un ritmo alegre, a las 8:10 estamos en las Posiciones del Veleta para hacer un rapel y bajar al Corral .
En el coche teníamos todo el equipo de invierno, crampones y piolets. Aunque se veía nieve, bastante para estas fechas, decidimos dejarlos, tampoco parecían imprescindibles.
Para llegar a las Posiciones tuvimos que pisar nieve, muy dura a esas horas, y sin los pinchos bastante resbaladiza. Pero cuando vimos el Corral, la estampa era invernal. Llegar abajo sería fácil, pero una vez allí había que salir por pendientes de nieve muy pronunciadas, y yo con las zapatillas.
Hemos estado dos años sin poder bajar andando al Corral, por la cantidad de manto blanco que cerraba el paso. Es una ruta que nos gusta mucho para subir hacia los Machos y ver a los valientes el Tubo arriba; pronto caerá.
JJ y encima el tubo del Veleta.
Tramo medio-bajo del Guarnón.
Yo llevaba todo el invierno calentándole la cabeza a mi gente para buscar una ruta alternativa, mucho más abajo entrando a la altura del refugio de San Francisco hacia el Guarnón (rio que nace en el corral del Veleta). Pues bien, el objetivo de hoy era buscar la entrada pero al revés. Bajaríamos el Guarnón buscando una salida hacia el Barranco de San Juán (intermedio entre Guarnón y la Hoya de la Mora).
Arriba a la derecha, Las Posiciones del Veleta vistas desde el Guarnón.
Disfrutamos del rapel, aunque era la segunda vez que lo hacíamos. Pero había mucha nieve y dura. JJ y yo nos adelantamos haciendo huella con mucho cuidado intentando evitar las pendientes más empinadas, buscando la laguna del Corral ( por supuesto invisible por la nieve).
Se pueden apreciar dos motas en mitad de la nieve.
Mientras comíamos, John y Salva les da por hacer el indio rapelando en la nieve, buscando una vía distinta a la nuestra.
Nos juntamos y vemos un estrecho canuto que puede ser la salida que estamos buscando. Me adelanto para inspeccionarlo mientras ellos terminan de comer. Una locura, un paso de cabras , donde tuve que escalar hacia arriba y hacia abajo. Me veía en medio de la piedra buscando una salida .
Antes de entrar en el canuto bajaba corriendo pero cuando llegaba a la nieve tenía que andar muy despacio haciendo huella porque la pendiente era acusada, y la caída no pintaba divertida. Sin esperarlo, me vi enterrado en nieve hasta el pecho. No me hice daño aunque me costó salir.
Las piedras acumulan calor y van derritiendo la nieve que hay a su alrededor. El hueco que se forma puede ser bastante grande. Otras veces, la ventisca puede cubrir una raja o un escalón invisible hasta que metes la pierna.
En ese momento recordé a un atleta que bajaba este año hacia Trevelez. Cuando hicimos en Semana Santa la ruta hacia el Mulhacén, desde Capileira. El compañero, maratoniano, entrenaba en altura. Descendía, corriendo, por una pendiente nevada con las zapatillas de trail. Empezó la discusión si era peligroso o no correr por la nieve virgen.
Recuerdo que en varias ocasiones me he colado una pierna o
incluso , como esta vez, hasta el pecho. Si hubiese ido corriendo creo que me habría partido las piernas.
Cabecera del Bco. Despeñaperros, detrás Bco. del Guarnón, a mi espalda Bco. San Juán.
Descendiendo, todo era verde y agua. Como me había tragado todo el camel, me dispongo a llenarlo con ese agua cristalina. Bueno, hasta que miras en la bolsa. Llega Salva y me ofrece una pastilla potabilizadora, pero aquello no tenía arreglo. Al final lo filtro con el pañuelo que llevaba de siroquera y paso de la pastilla por no esperar una hora, hasta que hiciera efecto.
Nevero en la cabecera del Bco de Despeñaperros.
Subiendo un bonito repecho, llegamos a la cabecera del barranco de Despeñaperros ( sí, es curioso como se repiten los nombres). Nos cruzamos con una expedición que llevaba un guía típico, típico granaino.
Llegamos a dar vista hacia el Barranco de San Juán y el antiguo observatorio. La nueva ruta está trazada, aunque hay que hacerla con nieve a ver si es factible.
Vemos una vereda que, prácticamente, sin perder altura debe llegar hasta los Peñones de San Fco. Me da una ventolera y me pongo a correr, media horilla hasta el coche.
Como tenemos prisa para ver el partido, pues nos quedan unas dos horas hasta casa, no queremos pararnos en Graná. Nos tomamos en la Hoya unas cervecicas y para abajo.
La segunda parte del día no os la cuento, porque seguro que todos estábamos viviendo lo mismo.
Es curioso, cómo el sentimiento de la roja puede provocar una eclosión emocional, a tal escala.
Después de la euforia del momento, todavía estoy intentando asimilar que somos campeones del mundo.
Saludos traileros.
Jes.
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