lunes, 4 de febrero de 2013

Montañismo y snow running en la Vereda de la Estrella, la Cucaracha y Peña Partida.


Tenía pendiente una salida a la nieve. Como estoy dividido, juntamos a mi Córduba Trail con mi Grupo Montañero John Hogbin. No es la primera vez que pasan estas cosas.
Para abrir el abanico de actividades, además de correr barajamos la posibilidad de hacer algún tresmil en Sierra Nevada. Dos días de pura montaña con el refugio de la Cucaracha como campamento base.

Una imagen vale más que mil palabras y, una palabra vale más que mil imágenes.
Como no soy ni buen fotógrafo ni buen escritor, os voy a mostrar unas cuantas fotos comentadas a ver si os podéis hacer un poco la idea de lo que fue nuestra quedada en la nieve.



Empezamos a andar desde el final del Barranco de San Juan, pero la aventura  llevaba
ya cociéndose un tiempo, y no creo que empezara aquí. 
Primero, la presentación del nutrido grupo.
De izquierda a derecha: Guillermo, Críspulo, JJ, Tato, Javi, Salva, Paco de Zafarraya (entre Pacos y Franciscos tenemos cuatro), Paco Fdez, Jose Cañadillas, Jose Canario, el que os habla (porque me estáis escuchando ¿no?, o ¿solo miráis las fotos?), Francisco Cienfuegos hijo y el que hace la foto, que no sale en la imagen (padre de la criatura, con el mismo nombre y casi más joven). 



Ya hemos calentado motores y llegamos al "Abuelo", castaño emblemático de la Vereda de la Estrella.
(Está claro que esta preciosa foto no es mía, su autor es Francisco Cienfuegos y,
 en primer plano, uno de sus retoños). 


¿Falta alguien?.
Vamos muchos, y de vez en cuando hay que hacer recuento.




La temperatura máxima no alcanzaría los 0 grados.
Esta era la previsión para los dos próximos días, nos os digo las mínimas.
Por eso nos veis juntitos buscando abrigo debajo de "El Abuelo".  




Paco, encabezando el grupo 
(no tendremos en cuenta al fotógrafo).



Hemos dejado la Vereda de la Estrella, bajamos al Genil dirección al refugio de La Cucaracha (1840m). Estamos en el puente del Vadillo y nos vamos despojando de capas de ropa porque ahora viene 
la cuesta de los Presidiarios o del Calvario 
(con ese nombre ya os podéis imaginar lo que nos espera, y con los mochilones).



JJ y Jose Caña entrando al puente.


Hemos llegado a la Cucaracha y a esta altura tampoco hay nieve. Aunque estamos en enero, en  los últimos días no ha habido precipitaciones y las temperaturas han sido altas para estas fechas.Pero la previsión es de nieve para mañana y decidimos adelantar la ruta prevista.
Comemos un poco y a las 2 de la tarde salimos cinco inconscientes traileros hacia el refugio de Peña Partida.(Se le llama "trail" o "skyrunning" a correr por la montaña, de ahí lo de traileros). 
Es un deporte hecho a nuestra medida, porque con estas caras nos tenemos que ir a correr por el campo.
(Que no se me ofenda nadie por la pequeña broma y menos Paco Fdez que va con la cara tapada).

Otros de nuestros montañeros, guiados por Salva, se fueron hacia el refugio del Aceral (también llamado el cortijo del Tío Papeles), dirección a Cueva Secreta aunque no llegaron a cruzar el río. 



Los traileros emprendemos la subida hacia Peña Partida.
Justo por encima del refugio ya hay nieve.
A un kilómetro encontramos un pequeño estanque al final de una acequia que
 seguramente lo usan para almacenar agua en caso de incendios. 
No se podrá apreciar, pero la superficie está congelada y tiene dos dedos de hielo. 
En  primer plano tenemos a mi amigo Toni (el que nos arregla los pies), a su izquierda Paco Fdez (su hijo Diego es igualito), de rojo Fco Cienfuegos "peque"(el que dentro de poco me llevará la mochila) y mi Jose Caña de gris con detalles verdes (pero tiene detalles de más colores, un artista).
Justo detrás de Jose Caña entra un caño de agua (valga la redundancia) 
forrado de una buena capa de hielo que tuvimos que romper de una patada para poder coger agua. 
(Por la noche vendríamos aquí a reponer las botellas de agua).








Seguimos disfrutando de la ascensión. 
Llegamos al refugio de Peña Partida (2430m) camino de los Lavaderos de la Reina, 
con un viento bastante fuerte, 
lo que hace que la sensación térmica caiga muy muy abajo. 
Abro la puerta y... ¡corcho! (por no decir ¡coño!) dos montañeros. 
Dos compañeros de la Zubia la mar de "salaos".
Nos ofrecieron algunas gominolas y un té calentito.
No tengo palabras para describir lo que significó ese té. 
Y aquí tenéis su foto como una pequeña muestra de agradecimiento.




Como os podéis imaginar, el descenso fue más rápido y bastante placentero. 
En la subida tuvimos pequeños amagos de nevada por parte de las nubes que 
ocultaban por momentos nuestro refugio objetivo.


Con esta foto, no pretendemos dar publicidad a la variedad de las zapas que llevábamos, sino destacar que el "pequeño" Cienfuegos, el benjamín del grupo, tuvo los cojones de correr con las botas de montaña.

Mi Jose Canario preparó una candela impresionante en la puerta del refugio (mira la cara de satisfacción de JJ y Canario, los dos de rojo). Fue el lugar de reunión, conversación, anécdotas, planes, risas (muchas), comida....hasta bien entrada la noche 
(piensa que no hay electricidad y  la hora en que anochece a mediados de enero).



Cienfuegos contribuyendo para que no se apague la llama. 
¿No os recuerda a alguna película de  Arnold Schwarzenegger?


Como se puede comprobar, en la puerta del refugio hay cobertura de telefonía móvil.
¡Tiene wasap!
¡Compartiendo vivencias!. 
Afortunadamente dentro no hay cobertura. 
Seguramente han instalado algún inhibidor de frecuencias.


El interior del refugio de la Cucaracha, un poco humoso pero muy acogedor.
En el refugio no hay agua y tienes que recogerla en el arroyo del Aceral, pasando el refugio del mismo nombre. Pero comentando que, en la ruta que habíamos hecho hacia Peña Partida
encontramos agua a un kilómetro de distancia.
No sé si fui yo el que provocó a JJ o fue él  (suele pasar entre nosotros y nos basta con un gesto), pero terminamos de noche y nevando con todas las botellas que teníamos para aprovisionarnos de agua.
Es una pena que no tengamos fotos, pero cuando miraba hacia atrás, se veía un rosario de lucecitas
(íbamos  diez) en medio de la nieve y nevando. Me recordaba a un anuncio de Navidad.



A las cuatro de la mañana me levanté tremendamente emocionado, como un niño en mañana de Reyes,
cuando comprobé que nevaba copiosamente y estaba todo blanco.
Pero no nevó tanto como para tapar el rastro de las botellas de vino que se dejaron
sacrificar por la hoguera, la buena conversación y la amistad
(espero que no podáis verlas entre las piernas de Canario).


Mi grupo montañero: John Hogbin de Zafarraya.
¡Jamón, jamón!



Pareja de Sevilla, con la que compartimos el refugio y la velada.


Al día siguiente, la nevada nos impidió cumplir los planes. Estaba previsto una subida hacia Vacares o El Cuervo, pero nevaba con intensidad y descartamos la salida.
De todas formas el grupo cordobés pudo desempolvar los crampones. Los piolets no hicieron falta.



Francisco con Domingo, el auténtico montañero, estaba allí desde el jueves.
Me hizo mucha gracia cuando vio la foto y dijo:
¡Vaya, que barbas tengo!


Nieva sin cesar y decidimos emprender el descenso recreándonos
en los espléndidos paisajes.
Además nos urgía tomar una cervecita para comentar las mejores jugadas.


Detalle de la Vereda de la Estrella.



















Mi amigo Francisco Cienfuegos, el autor de casi todas las fotos buenas de esta crónica
(las otras fotos decentes me las han pasado).
No digáis que no inspira tranquilidad.

Muchas gracias a todos por poder compartir con vosotros tan gratos momentos.
Os dejo el enlace de una buena crónica de mi amigo Jose Cañadillas en el blog de Córduba Trail:
Vereda de la Estrella hasta el refugio de la Cucaracha.

También os dejo un par de mapas de la zona donde se marcan los refugios, las rutas....
(Aunque aquí no se puedan apreciar muy bien los detalles, las puedes descargar e imprimir).




Saludos traileros. Jes.

2 comentarios:

  1. Que grande eres Jesús, espero compartir muchos momentos de estos contigo.
    Un abrazo

    Caña

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  2. Tus relatos nos hacen revivir las experiencias y es muy emocionante recordarlas.
    Gracias Jesus.

    Pacofer

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