EL BOQUETE DE ZAFARRAYA. LA OTRA CARA.

Este verano estábamos Mario y yo haciendo un concurso con los prismáticos  a ver quién localizaba más pájaros.  Me ganó, claro.  Pero enfocando para el boquete me pareció ver algo parecido a un mirador en el tajo del oeste. 

A los pocos días  me confirman que han hecho un sendero nuevo con dos miradores y  llega a  la cumbre. 

Como era una deuda pendiente decidimos saldarla el primer día del año.

Sí, año nuevo vida nueva. Quién mal empieza, mal acaba ( le daremos la vuelta al dicho). Hay que empezar con buen pie. Y un largo etc.  

En noche vieja, después del atracón,  quedo con mis sobrinos Jesús y Elena, con  Mario y Cecilia para hacer la rutita.

 Lo de la equipación de la roja fue una casualidad. 

Al menos a mí no me dijeron nada.

Ya os había presentado un recorrido por el otro tajo (el del lado este) y  por la Cuna. Rutita de una hora o menos corriendo, con unas vistas fantásticas. El enlace es:
CORRIENDO POR EL BOQUETE.

Los tres primos.

Mario, demostrando sus dotes lectoras en el primer mirador.
 El Pradillo. 

 El benjamín iba como un tapón y tuvimos que ir sujetándolo, 

sobre todo en la bajada para que no perdiera los dientes.

Sin comentarios.

 LA VENTANA DEL VIENTO. 

Si la visitáis entenderéis el nombre.

Aunque Mario prefiere llamarla La Boca del Diablo.

La foto no hace justicia de lo impresionante del agujero que cruza el tajo de lado a lado.

Está justo debajo del segundo mirador (en Graná) y es una ventana a la Axarquía Malagueña.

Como auténticos campeones.

 Ya que había empezado el año bien, el siguiente día tenía una cita a las 10, en El Alcázar, la Tejeda, con mi amigo Pacoki. Me llamó para decirme  que lo habían invitado la gente de Benalmádena. Pero como no pudo venir por problemas mecánicos, no me pareció bien presentarme sólo y me fui por el Robledar.

De camino veo a dos traileros corriendo por el camino y pensando que son de la kedada les pregunto, son malagueños del club de Ubrique y van por libre. Entrenan para los Bandoleros.

Me uno a ellos.

El día frío, muy ventoso y  niebla espesa arriba. ¡Coño, que no nos hicimos ni una puñetera foto!.

Después del Salto del Caballo salimos hacia Tacita de Plata siguiendo la vereda hacia los Llanos de Sedella. 

Luego bajada hacia El Cerezal incluyendo un poco de barranquismo.

Dos nuevos colegas muy salaos con los que compartí una vueltecita muy variada. La bautizaron como la ruta de los esparragueros, por como nos quedaron las piernas, ja, ja, ja, jaaaaaaa. 

(Nota: Para el que no sea de estas latitudes diremos que cuando buscamos espárragos silvestres los brazos quedan arañados de meterlos en las esparragueras que pinchan como su  p... m...(Santa Madre).

Bueno, Pepe Aguilera y José Manuel, os debo una ruta por esos lares, pero como Dios manda.

Saludos traileros. Jes.